Los frigoríficos sienten el impacto de una merma del 22% interanual de la faena bovina. Con el consumo interno afectado por la crisis, la industria se ve presionada por la suba de los costos internos. En el último semestre los precios de la carne vacuna subieron en promedio un 27%, la de pollo un 36,5%, mientras que el cerdo el 1,5%. En este contexto y con una inflación cercana al 80% durante la primera mitad del año, las proteínas de origen animal tuvieron una suba mucho más acotada que los costos. Desde el sector de ganados y carnes proyectan un recorte en la faena del 10%, por lo que la capacidad ociosa en las plantas con mayores inversiones de infraestructura, ronda el 25%